No deja de impresionar a la comunidad científica el potencial que tiene la Inteligencia Artificial para hacer previsiones y proteger de una manera u otra a la humanidad. Los avances que en la medicina se están produciendo no dejan de sorprendernos.
Os enseñamos cómo la Inteligencia Artificial ha podido aventajar a los científicos en el momento de descubrir que el coronavirus de la ciudad de Wuhan era una nueva cepa y de qué modo se iba a propagar por el mundo.
Un método con algoritmos de IA ubicado en Canadá fue quien descubrió la llegada de la nueva epidemia y valió para que los expertos chinos lograsen dar la voz de alarma. Si no hubiera sido por ella, se habrían demorado más días en descubrirla y en haber conseguido poner en funcionamiento el protocolo que definitivamente ha concluido recluyendo la ciudad de Wuhan.
Los hechos sucedieron el día anterior a terminar el año, cuando el comité de Salud de Municipal de Wuhan advirtió de la aparición de una potente neumonía de origen desconocido. Se trataba de alrededor de una treintena de vendedores del mercado de Wuhan que compartían una enfermedad parecida. El 31 de diciembre fue la Organización Mundial de la Salud la representante de alertar al mundo de la aparición de esta epidemia desconocida.
No obstante, no se hallaba en el país asiático el individuo que iba a averiguar qué era lo que estaba pasando en la ciudad de Wuhan. Se ubicaba en la ciudad de Toronto, y no era un individuo, sino un programa informático que pertenece a una Startup llamada Bluedot. La empresa canadiense se acaba de hacer conocida por su logro. Sin embargo, el poder de esta herramienta no es nueva, puesto que hace unos años ya fue capaz de anticipar con 6 meses de anticipación la llegada del virus Zika que produjo la temida alerta sanitaria.
Las fórmulas de este programa creado en 2014 [puede examinar en tiempo real millones de datos.
La IA ha sido educada a través de del Maching Learning o aprendizaje automático. Es un programa informático completo capaz de comprender el lenguaje natural. Su propósito es ser más rápida en estudiar lo que está pasando en el planeta que la capacidad de transmisión del propio virus. Pero no sufras, si te vale de consuelo… el software contaba con algo más de datos que nosotros.